20 de enero de 2012

GENIOS Y FIGURAS.

No tenía fuerza para escribir, el principio de año llega con buenas y malas noticias.
Enrique de Melchor fallecía, sabio y genio. Era número uno en acompañamiento a cantaores de primera línea. Yo empecé conociendo a su padre, el maestro Melchor de Marchena, acompañando a D. Antonio Mairena y también a D. Manolo Caracol, dos grandes del siglo pasado, tan grandes como la saga de los tocaores “Melchores”. los veía en videos de archivo de mi padre, como les tocaba a uno y a otro y cuando acababan les pedían opinión al maestro de Marchena, que siempre intentaba quedar bien tanto con Mairena, como con Caracol. Aquello me hacía gracia. Ahora veo como su hijo fallece aun joven, y pienso en el flamenco de los últimos años.

Nos están dejando el corazón seco. Hay que buscar nuevas regaderas para que no se marchite esta gran flor. Morente, Moraito, y ahora Enrique. Si estamos despidiendo a tanto genio, tengo la esperanza de que otros nuevos vengan. El problema es que no los veo llegar, ni siquiera venir, ni hacer el intento. Es lo que deja seca. Hay gente buena, de muchos sitios, no quiero menospreciar a nadie, pero en este caso estaba hablando de genios, perdonenme. Esperaré impaciente y espero estar para verlos, porque parece que siempre vivo lo peor. Aunque intento disfrutar de la época flamenca que me ha tocado vivir al máximo.

Buenas noticias para el baile, regresa mi “pequeña”. Es el nombre cariñoso con que bautizamos en la emisora de radio donde colaboraba antes a Sara Baras. Irrepetible. Ella siempre sorprende, vuelve a los escenarios con “La Pepa” basada en la constitución de las Cortes de Cádiz en 1812, solo espero que no sea solo puro baile comercial con una publicidad tremenda, y se vea la esencia gaditana, ese compás guasón y pícarón por alegrías o tanguillos. Pasitos cortos y gracia larga.

Y el principio de año me deja esto, y mil cosas mas que desgranaré poco a poco. Flamenco, al fin y al cabo, para bien o para mal.

También, una sonrisa cuando veo a este artista cantar y tocar esta preciosa letra que mi padre cantaba el otro día mientras nos fumábamos un cigarro en el patio. (Enrique Montoya -Señorita-)

Otro día estaré mas profunda y mas lejana de todos, como me gusta a mi. Saludos.




Lleva ya casi un siglo,
con un nombre en la boca,
y jamás lo pronuncia, 
delante de la gente.
Es el nombre de un hombre,
que bordó como loca,
en sábanas de hilo,
apasionadamente.

Cuando llega la noche,
su pesar desemboca,
en canción sin palabras,
amarilla y doliente.
Y en el mar del espejo,
su sonrisa retoca,
por si acaso aquel hombre,
volviera de repente.

6 comentarios:

  1. Es cierto que no se ve por parte alguna un Marchena, un Caracol, un Mairena, un Terremoto, un Camarón, un Morente..., a pesar de que hoy haya muchísimos cantaores y, bastantes de entre los jóvenes, de gran calidad. ¡Ya llegarán! A la mina del flamenco le queda mucho por extraer.

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  2. La esperanza es lo ultimo que perdemos los flamencos, gracias Andres por el comentario, un saludo.

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  3. Gracias Carlos!!! tu eres otro genio...pero vivo!!! jejejeeje, un abrazo!

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    1. De genio nada. En todo caso si que reconozco que soy bastante inquieto y muy muy curioso. De todos modos, te admito el cumplido.

      Quizas sabras que soy bastante aficionado al flamenco (en realidad tengo sangre andaluza, por parte materna), así que no dudes en informarme de cualquier espectáculo que organicéis por si pudiera asistir.

      Un abrazo.

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  4. Claro Carlos!! Te avisaré si sacamos "el Quijote" por la Región, probablemente iremos a Murcia a representarlo. Es un espectaculo de baile flamenco basado en el Quijote, mitad interpretacion y mitad baile, te encantaria. Un besazooo!

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