9 de diciembre de 2014

Los ladrones de mi tiempo flamenco

El año está terminando, y a mi me sigue faltando el tiempo. Tengo pendiente varias colaboraciones, escuchar un puñado de trabajos discográficos nuevos, leer algún libro y dedicarle tiempo a los amigos flamencos que no paran de desarrollar nuevos caminos. Pero mi cabeza necesita ordenarse, para poder seguir aprendiendo necesito más tiempo así que he establecido unas prioridades en mi andar flamenco que creo que me serán útiles a largo plazo.

No soy de las que pienso que tengo que saberlo todo la primera, empollarme teorías y soltarlas en cualquier charla. Soy más de asimilar y pensar por mí.

Mi tiempo flamenco ahora lo dedico a ordenar conceptos, porque lo más importante para mi es saber hablar y expresarse; tener una idea clara y asumida, aunque el flamenco siempre tenga mucho de subjetividad. Después seguiré avanzando abordando nuevos temas.

Me importa más saber cuando un flamenco es artista, intérprete, figura o cantaor. Qué baremos usar y que definición crear para cada uno de estos conceptos.

Me interesa saber cuándo hablar de palos y cuándo hablar de cantes, o si siempre tengo que hablar de cantes aunque me refiera a un palo flamenco.

También tengo que aclararme sobre cuándo se dice cantar por soleá, bulerías o tangos, o cuándo decir cantar la bambera o la farruca.


8 de noviembre de 2014

ANA: de princesa a Reina Madre

Después de sonarle el despertador más de una vez, se levantará. Cogerá el teléfono y se irá al baño, se lavará los dientes, se echará su crema de pepino mítica, y se sentará en la taza del váter. "Joder", piensa. Empieza a leer mensajes. "Mierda". Sí, ha llegado el día, se acordará de que tiene que visitar este blog y leerlo con los ojos fuera de las órbitas, como casi siempre los tiene. Hoy cumple treinta años, o "veintidiez" como diría el pardo de Joaquín Sabina al que ella adora.


21 de octubre de 2014

Mayte Martín: su historia hace 30 años

Tenía unos números de la ya desaparecida revista "Sevilla Flamenca" escondidos al lado de la chimenea... en una de estas noches que no son ni de otoño ni de verano las ojeé porque no recordaba exactamente porque las tenía apartadas. Uno de los motivos era esta entrevista a Mayte Martín cuando era una jovencísima cantaora catalana que ya despuntaba. Mayte responde a las preguntas de Juan Toro allá por noviembre de 1984, hace 30 años. He decido transcribirla y compartirla con vosotros -las fotografías no son las correspondientes- porque me parece interesante como ha cambiado y evolucionado el flamenco y también, la artista en cuestión.

Entrevista a Maite Martín (Noviembre, 1984) por Juan Toro para Sevilla Flamenca.


Maite Martín es -sin duda alguna una de las mas firmes promesas que existen en el panorama cantaor de Cataluña. Desde hace nueve años, en que alentada por su padre se presentó por primera vez a un concurso, Maite ha ido superándose hasta llegar a ser una de las cantaoras más codiciadas por todas las peñas de Barcelona y su contorno. El veredicto de quienes la han escuchado es unánime: "Maite tiene madera, si se le ayuda, y sigue en esa línea recta tenemos entre nosotros a una gran cantaora".
Es catalana de nacimiento, aunque de padre malagueño y gran aficionado, y tiene 19 años dispuestos a dar la batalla en este difícil y complicado mundo del flamenco, del que un día no muy lejano puede ser parte importante. Estamos en definitiva ante una joven y cabal aportación a nuestro singular arte.

- Primeramente, me gustaría que nos contaras, cómo te iniciaste en el flamenco y a qué edad.

Fue a raíz de un concurso que organizaba unos grandes almacenes, yo contaba entonces con diez años de edad y no sabía lo que era cantar en público, solo lo había hecho para mi familia, amigos, ect... pero mi padre me inscribió y gané el primer premio. Este primer premio incluía una semana de promoción en la radio, y fue precisamente en estos siete de días de promoción, donde empezó a gustarme todo esto. Poco después me llamó Andrés Caparrós y otros, a partir de aquí ya comencé a visitar las peñas poco a poco hasta hoy.


22 de septiembre de 2014

Rocío Molina: el baile de hoy desde ayer


El baile de la vida, así me gusta llamar a lo que hace Rocío Molina. Viendo el otro día las fotos para su nueva propuesta me dieron ganas de escribir sobre ella. Porque me gusta, porque me provoca, porque me hace pensar; como la propia existencia.

Rocío no es una bailaora de tópicos. De batas de cola y lunares fervientes. De pendientes de coral y oro, de peinetas y mantones de manila a lo mariposa. No. Aunque eso también lo domina. Ella lleva otro rollo tan diferente como expresivo, creo que es pura necesidad para su existencia. Su baile es comunicación, fuerza y sencillez. Imagino que son muchos los artistas los que se plantean para un montaje una idea y como hacérsela llegar al público, la mayoría terminan en la misma historia de siempre, los mismo recursos reciclados. A mi me gusta la Molina porque es todo lo contrario, sabe dónde quiere llegar, como todos, pero ella sabe cómo hacerlo, y lo hace. Eso en el baile flamenco de hoy, en lo moderno de su mestizaje no está del todo conseguido. 

Trabajar con la existencia, con la línea simple, con un sonido, un silencio, con la mutación de un movimiento, el espacio, la fuerza. Si quieres ver la fuerza de un cuerpo, como se eriza, como suda, como se mueve; ella te lo enseña, baila con ropa deportiva encima de un escenario, y puedes sentir como los músculos se le tensan, como cogen la postura, como produce el aire en un giro, como se puede bailar con los talones sin despegarte apenas del suelo. Libertad, así es ella, un alma flamenca libre.

Me gusta su inquietud y su mirada. Cómo investiga y crea. Como va buscando nuevas fórmulas con recursos naturales, sin excesivos adornos ni conceptos difuminados. Aunque a veces es tan difícil de expresar lo básico que lo aliñado; pero la matriz es universal y por eso ella es capaz de comunicar tanto, de decir, de interpretar, de hacer llegar.



7 de agosto de 2014

Comiendo por levante

He llegado como cada día puntual a mi cita para comer con mis padres. Mientras que mi madre se ocupa de mis sobrinos voy a buscar a mi padre, allí estaba esperándome con la camisa abierta, un sombrero de paja y la mesa puesta. Me pregunta preocupado si sigo teniendo problemas para dormir. Los deshorarios y la rutina alterna me marcan las ojeras. Nos sentamos a comer y lo primero que hace es regañarme por tener el teléfono móvil encima de la mesa. Lo convenzo diciéndole que quería enseñarle algo, como cada día, intento llevarle noticias flamencas para hacer más amena la comida mientras nos olvidamos un poco del calor.

Encarnación Fernández, viste de plata en la fotografía de mi pequeño celular. Está destapando su nombre en la Avenida del Flamenco en La Unión y se la enseño a mi padre: "Qué guapa está siempre, se trae un aire a la chacha Morena y a la Carrasco". Verdad que es. Y comienza la conversación...

"Encarnación ganó dos veces la Lámpara Minera a finales de los años setenta, pero creo que no es de La Unión, sino de más pa´rriba. Su cante no ha sido todo lo reconocido que debería porque en muchas zonas de Andalucía, sobre todo en la occidental no se conocen los cantes de levante como aquí, y antes mucho menos, ni nadie los canta en sus recitales. Vas por allí y preguntas por Murcia y con suerte te saltan con el Rojo el Alpargatero pero no conocen a Pencho Cros ni a Encarnación. Ha sido una "tiarrona" cantando por Levante, dicen que su hijo toca muy bien la guitarra ¿Tu lo has escuchao Rocío? Yo a la gente tan joven no la tengo controlá. Las mejores voces flamencas de Murcia son Bastián y ella. Ya estaba bien, que el Festival de las Minas se deje de tonterías; lo primero que debería haber hecho es poner a Encarnación Fernández y a Pencho Cros en la plaza del mercao, que cuando fui a verte hace dos años no estaba ninguno de los dos y si estaba el Pitingo, ¿cómo hacen eso? hay que cultivar el cante de nuestra tierra y ponerlo en el mapa, así es como se sabe en que dirección ir... si vienes pa ca vienes a Pencho Cros y a Encarnación Fernández, si vas para Almería vas pa Pedro "El Morato", en Granada te toparás con Enrique Morente que parece que ha sido el único cantaor de Granada y así. Me alegro por la Fernández mucho, ha hecho mucho por la tierra de levante y su cante, se ha ennegrecío por dentro de tanto cantarle a la mina. ¿Tú no la has conocido en estos años por allí nena?"

Atenta a todo lo que dice mi padre, lo escucho como si todo lo que me dice fuese nuevo para mi y no tuviera ni idea, le encanta ver como le presto atención con el tema del flamenco. Le contesto:

"Sí Fer, la he visto cada año que he ido, la escuché cantar en Murcia hace tres años en el Auditorio, en un acto de poesía y cante donde estuvo Félix Grande, Sordera, Curro Piñana y ella entre otros. Hablé con ella el verano pasado, en el trasnoche de Rancapino Chico y le dije que tenía que grabar un disco ahora, tiene la voz ya rota pero sigue teniendo fuerza. Nos hicimos una foto juntas, la vi dulce y educada, se le ve flamenca en el saber estar; yo también me alegro de que se le reconozca su mérito. Me dijo que quizá sí. ¿Sabes Fer? me dijo que con el tiempo, viendo como los artistas jóvenes van a las galas flamencas de La Unión y le dedican sus cantes de levante ella se ha dado cuenta de que no canta tan mal. Suena a risa, ¿verdad?. Me contó que ella no sabe si lo hace mejor o peor, pero que su cante era muy trabajoso, que era duro de hacer y sacar de la garganta; yo la entiendo en la parte que puedo porque cantar no canto. Tú si sabrás lo que ella me quiso decir."

Mi padre sonríe, bebe el último trago de agua fresca del vaso y mientras se lo recarga para tomarse las pastillas me dice...

"Claro que lo sé hija, yo me casaba con ella mañana mismo. Eso seguramente es lo que ella te quiso decir"

Y entre risas, partimos la sandía brindando por Encarnación Fernández. ¡Salud y buen verano!

10 de julio de 2014

Al vuelo

No se muy bien como va esto, porque todo pasó deprisa y de repente todo ocurre muy lento. Soy nueva, aunque te cueste creerlo. Es como un primer día de trabajo, o como si probara una fruta tropical de nombre extraño. Así, es como estar nerviosa e inquieta constantemente. Me pierdo cada día y me encuentro cuando escucho que no quieres irte, que tu brazo es quien me agarra, tu mano la que me alborota el pelo y tus ojos me buscan desde cualquier ángulo. Siempre fue así, risueños y encendidos como la primera vez que te vi; mientras hablabas con un puñado de gente y me dio tiempo para hacer ganas de irme sin presentarme.


23 de junio de 2014

Flamencólica & Galáctica

Todo empezó hace tiempo, trasnoches en un lugar y en otro, caminando por calles desiertas de recogida, mañanas de resaca y siestas para reponer. Siempre nos faltaba tiempo para contar, hablar, asimilar.

Así que se creó una galaxia desde su balcón a mi patio, y ahí abocábamos todo lo que cuando estábamos juntos nos comía el reloj... cantes, letras, artistas, listas de reproducción, festivales, planes de conciertos, recitales flamencos y lo que podáis imaginar con arte.


20 de mayo de 2014

"Junior Plancha": el bocadillo etílico

Todos los pueblos tienen su gastronomía propia, deliciosos manjares forjados en las antiguas cocinas de los lugareños. Mi pueblo no iba a ser menos. PL (mi pueblo querido), tiene como insignias el arroz y pavo, el conejo al ajillo, el trigo, los "jormigos", las empanadas, las tortas de pimiento "molío", la pierna asada, los caracoles picantes, las tortas de pascua, los postres chinos, las milhojas y un sinfín de manjares. Pero hay un producto que se consume en las fechas más etílicas de los jóvenes, que no tiene su sitio en esa lista, y se merece un homenaje. El Junior Plancha. El Junior Plancha es un bocadillo que se consume en un mítico bar de PL: "El Bocadillón".


8 de abril de 2014

Diagnóstico: Fobia a las seguidillas gitanas

Se conocían primitivamente como playeras, como seguidillas gitanas para diferenciarse de las castellanas, en los círculos flamencos también las llaman seguiriyas o siguiriyas. En cualquier caso, este cante y yo tenemos una relación bastante indiferente. Nunca se lo he contado a nadie pero es así. Para este texto he elegido la denominación de "seguidillas gitanas" por consenso de los amigos aficionados, uno de los nombres que se le dieron hace un par de siglos.

Es uno de los cantes más antiguos, con mucha historia, con cunas en Cádiz y sus puertos, Jerez y Triana. Sus temas son siempre oscuros, trágicos, desgraciados; no se cantan seguidillas gitanas en una romería ni en una fiesta, si en una reunión, que no es lo mismo. También está presente en la mayoría de los repertorios de los artistas en la actualidad, es un cante trabajoso, igual que su baile, que su toque. Pesa, pesa mucho, es de valentía levantar un cante como las seguidillas gitanas, a menudo se observa a los cantaores pelear con ella, amasarla, darle forma. No sé porqué yo tengo una relación de enemistad con este cante.


13 de marzo de 2014

El dueño del arco iris

A la eterna sonrisa

Llevo evitando esto hace tiempo, esquivando esta necesidad de escribir, siempre en silencio. Porque no soy la única que navega en este barco, ni a la que más le duele; porque no soy nadie. Pero todo fluye, son rachas, y creo que siempre me parecerá ayer.

Te busqué antes de irme a dormir, era una tradición; solo porque me dijeras que me quedara. No me equivoqué: "Panderetilla, ¿dónde vas ya?". Me encantaba escuchar esto y hacer lo que me diera gana. Recuerdo como el verano terminó cuando me dijeron que no te volvería a ver; me acordé de esa conversación de sonrisa cansada, palabras escasas con la boca medio cerrada, el vaso de plástico en la mano, el tono de voz, el movimiento del cuello; tus primos, tus hermanos, ese comando que formabais todos. Recordé tu sudor en la cara, la mirada tímida, la mano en la espalda, así eras tu. Y ahora soy yo la que se pregunta: ¿Dónde vas ya?


19 de febrero de 2014

La guitarra con nombre de mujer

A mi primo de Cádiz 

Fue una simple sugerencia: la mujer en la disciplina de la guitarra flamenca. A partir de ahí se abrió un mundo nuevo. Revolviendo un poco mi casa y navegando por la red empecé a ver que siempre han existido, desde finales del siglo XIX hay constancia de ellas. Sin embargo, ¿Por qué no se las recuerda como se debería?

He mirado algunas breves biografías de ellas:
- Anilla la de Ronda: cantaora gitana y guitarrista nacida en 1.855, se acompañaba a sí misma. Se codeó con Pastora Imperio, la Reina Victoria Eugenia y hasta Federico García Lorca la citó en una de sus conferencias de Cante Jondo en la Granada de 1.922.
- Josefa Moreno "La Antequerana": cantaora paya y guitarrista nacida en 1.889, debuta en Jerez de la Frontera con 14 años y se acompaña a sí misma. Estuvo contratada en Nueva York o Cuba, y falleció en Madrid sin dejar más rastro.
- Trinidad Huertas "La Cuenca": bailaora y guitarrista nacida en 1.857, esta mujer dicen que fue la primera en bailar vestida de hombre, o bailar por soleá como ahora conocemos el baile. Falleció en La Habana con 32 años.

 
Estos son tres claros ejemplos de que había mujeres en la época, hacían giras, corrían el mundo, eran pioneras y reconocidas. ¿Alguien se acuerda de ellas? ¿Existen grabaciones? ¿Son referentes por su profesión en el flamenco?


28 de enero de 2014

ENRIQUE MORENTE: La corriente

Todo empezó por la inquietud, la curiosidad, el revolver, el innovar. Todo empezó con Enrique Morente, un cantaor que soñó la Alhambra de esa forma tan particular. Apenas se acuerda nadie del Enrique flamenco, del cantaor por derecho, de un grandísimo aficionado como él era, cuando lo acompañaba Habichuela o Paco de Lucía, cuando llegó a Madrid y era todo un desastre natural, tan solo los flamencos de siempre remueven eso, los que son como el mimbre...

La masa "morentista" nació con su muerte, hace poco más de tres años, nació de los seguidores de Enrique no de la afición flamenca. Lo que son las cosas, Enrique emigró a Madrid y se ganó a los flamencos de la capital a base de raciones culturales que unas veces más y otras menos tenían que ver con el arte jondo, pero no dejaban de ser arte. Sevilla nunca lo quiso por esta misma razón. Es raro que un artista sea encumbrado en ambos lugares geográficos, la sabiduría contra el pellizco, la universalidad contra las minorías. Ni él pudo, y dudo mucho que alguien lo consiga.

Me resulta gracioso que le hagan un homenaje en Madrid durante tres días con un lujazo de cartel, organizado por su familia, pues nadie en estos tres años se ha molestado en darle una despedida digna y flamenca. Y Sevilla no iba a ser menos, viendo lo que se cocía en la capital española, resulta que ahora la Bienal abrirá su programación en Septiembre con un homenaje al maestro de Granada. Parece que los que no lo nombraban ahora lo veneran, y el caso contrario no se da. Hipocresía quizá, apariencia, falsedad, negocio. No lo sé. Lo que si conozco es que bautizó a un sector de la afición como "flamencólicos" y aunque no me siento identificada con el concepto en sí que inventó, quise llamar de esta forma a mi rincón galáctico de flamenco y melancolía.


Morente tenía buenas formas flamencas, una ejecución del cante desde el conocimiento, hizo recitales memorables puramente flamencos, pero no sobresalió de la forma que le hubiese gustado; siempre quiso más. Poco a poco se fue desvirtuando de las lindes flamencas quedándose a menudo sin definir utilizando su inquietud por otras músicas, otros versos, otros sonidos; eso lo llevó a grabar "Omega" su revolución visionaria que ahora es un padrenuestro, cuando siempre lo ha sido y su sitio se ganó hace casi 20 años. El atrevimiento de Enrique fue mayor que la crítica que se le echó encima, pero el tiempo le dió la razón.

La mirada de Enrique Morente iba más allá de la frontera del compás, quería transformarlo todo a su forma, dándole aire al espectador, dejando mensajes lejos de lo puramente flamenco, era un claro artista que logró ser comprendido por las mareas de las que se rodeó pero no es imitable, ni superior. Un revolucionario que supuso el principio del fin en su carrera profesional, lleno de cultura, poesía, pintura, óperas, y tantas cosas que le quedaron al maestro en la mente, obras inacabadas por culpa del tiempo. ¿Ha dejado herencia? no, no ha dejado herencia, ha dejado un legado. Nada más.

Como ya decía antes, el tiempo lo dice todo, marca el compás de lo que debe permanecer inmóvil y de lo que hay que dejar volar. Todo empezó por su personalidad, aplastante, su atrevimiento, descomunal, su conocimiento, desbordante; y todo terminó con él. Yo me quedo con lo bueno, lo malo se lo dejamos a los que ahora lo aman.

Nos vemos pronto, en algún rincón oscuro donde sirvan buen vino, es mi forma particular de dar homenajes. Invita la casa siempre.

5 de enero de 2014

2.014: un contratiempo en el compás

No es un buen momento para escribir, porque el cambio de año nada me ha hecho cambiar. Sigo sin tener sueño, ganas de comer o fuerza para mirar al cielo. El comienzo con un nuevo dígito apenas supone nada para mi. Ni triste ni alegre, estamos porque hay que existir; cuando menos lo esperas alguien te hace reír, estar bien y caminas mirando hacia delante como una campeona, solo hay que saber esperar.

Nada contaré de mi Navidad que me ha dejado momentos estelares en la mente, abrazos en el alma y orgullo en mi corazón. Nada de heridas ni tragedias. Sigo egoísta de sentimiento y generosa de palabrería. Con sonrisa de cristal y ojos cansados. Levantando dudas y plantando soberbia. Como soy yo.

Es lo de siempre con paso cambiado, igual que cuando te sales de compás porque dejas de prestar atención a un cante o a un toque y te lamentas un segundo para volverte a arrancar a tiempo. Es un momento tímido que quieres disimular, pero ocurre para tu oído aunque no ocurra en el de los demás.

Comienzas a mirar para otro lado y a dejar de sembrar, a morder sin apretar, a reír aunque no escuches y hablar sin que nadie te preste atención; bailar sin música, comer sin ganas, dormir sin sueño, beber sin motivo y brindar sin manos. Contar palabras y escribir números. Soltar sin tensar y correr sin prisa. Todo el mundo piensa que el nuevo año llega vacío y hay que llenarlo, a la fuerza, con fe y sin voluntad. Como un contratiempo en el compás.

Allá ustedes que están en esa galaxia donde todo vale, y las alegrías merecen penas, donde la gente son personas y el mundo es uno mismo. A veces estás rodeada de cuerpos, que aunque te rocen continúan a millones de años luz de ti. Yo hoy estoy lejos de todos para desearos un buen año, del que más os guste: azul como el glaciar, dorado como el desierto, plateado de luna o rojo de atardecer.

Tengo un nuevo calendario con sonrisas que conceder, no tengo a personas convertidas en piedras en el camino ni a objetos como compañía perenne. Tengo suerte, aunque una mala sensación me recorre el cuerpo y vive en estas entrelíneas; me permito invitaros a formar parte de mi nuevo año, quién sabe los momentos mágicos y flamencos que se pueden llegar a construir. Coged fuerza, el camino aún es largo, nos quedan muchas hojas por escribir.

Salud para disfrutar de lo que nos queda, bienvenidos al 2.014!



Es necesario explicar cosas así, las que nadie más puede, porque nadie más las sabe