Antonio Mairena fue un cantaor de los grandes, gitano, flamenco, de los que entendían el arte y lo estudiaban. Gran defensor del cante gitano de la Baja Andalucía, de tonás, soleares, seguiriyas, romances, bulerías o martinetes. Era recio y antiguo. No tenía las genialidades como Manolo Caracol, no era infinito como Pastora, ni tan oscuro como Manuel Torre; pero ha sido uno de los cantaores más completos del siglo pasado, por no decir, el más completo. Sé que a muchos su cante les decía poco, que no transmitía, que era frío y todo lo medía. Yo acepto todas las opiniones y busco el equilibrio, creo que es un artista del que se puede aprender sin duda, y lo que el corazón te mande ya es otra cosa.
También admiró a Juan Talega, a Joaquín el de la Paula, a Carmen Amaya o a los Pavones. Fue de sitio en sitio buscando la esencia del cante, aprendiendo y grabando, y ahora somos herederos de un legado que, en mayor o menor medida, nos sirve; a unos más que a otros. Hay que agradecérselo, porque es de bien nacido ser agradecido.
El título de este texto está claro, así llamó a su última grabación en vida. Podría contar miles de anécdotas del reconocido cantaor, su viaje a Ceuta en barco con otros artistas, su exilio obligado por un tiempo, su rivalidad con otros cantaores, sus detractores, sus seguidores, pero eso cualquier aficionado lo conoce. A Antonio Mairena le gustaba escribir, como a mí, aunque yo no creo que publique un mísero libro. Tendría algún tipo de sensibilidad cuando lo hacía, tendría un corazón latiendo palabras que tenía que sacar fuera. Me gusta pensar así, porqué no.
A la orilla del Guadalquivir |
Este es el calor de mis recuerdos para Antonio Mairena, que tenga la gloria que se ganó en sus años de vida, por su existencia y su legado.
Feliz Septiembre a todos, flamencos. Ya queda menos para ser más felices.
Entrañable historia. Me gusta, Niña.
ResponderEliminarGracias Andrés, siempre es un placer que me leas, mucho más que te guste. Un abrazo.
EliminarQué bien escribes carallo, se entiende todo más bien que la mar. Qué envidia.
ResponderEliminarMairena, el cantaor, era un titán, a pesar de que su legado ideológico haya acabado desfigurando el pasado. Puritica dictadura. Penso eu.
Un abrazo
Gracias Faustino, cierto es que en cierta manera los "mairenistas" han desvirtuado un poco el propósito del maestro de los alcores. Cosas que pasan. Un abrazo, esta es tu casa.
EliminarSencilla y bonita historia. Un saludo desde Mairena y ojalá te vuelva a visitar un angel.
ResponderEliminarGracias Eusebio!! bonita tierra la tuya, llena de ecos. Un placer tenerte por aquí, saludos flamencos!!
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