19 de diciembre de 2013

El Loco de mi Colina

A veces las cosas no vienen como tú esperas. Lo que imaginas como algo inolvidable no lo quieres recordar y un día para olvidar termina con una sonrisa. Creo que a muchas personas le pasa a menudo, por eso, no te molestes en planear.
Me siento en el sofá para relajarme, portátil en lo alto y abro la ventanita de su chat con unas bulerías de Encarna Anillo con Miguel Poveda, compás:

"Cada vez que te emborrachas,
que tú vienes corriendo a la vera mía,
ojalá te emborracharas las 24 horas del día..."

Eso sí que es nuestro. Un canto a nuestros periplos juntos.
La rutina, la tensión, la carencia de personalidad y el tercermundismo cultural hacen mella en el norte del Loco que está crispado y torcido. Llega la frase que hace pitar mis alarmas:
"Esto me consume, tengo que hacer de tripas corazón para mantenerme cuerdo. Tragar mierda, mirar para otro lado y poner buena cara".

Venga, vamos a abrir la consulta que tengo en mi colina y hacer terapia. El Loco de mi Colina empieza una sesión para purificar su alma...
Piensa que todo el mundo es como él, y cuanto antes se dé cuenta menos sufrirá, mientras, la impotencia me lo está desmotivando y trasiega de norte a sur como terapia complementaria de forma eventual.
Ahora se nos cruza otra letra:

"Eres el triste palacio,
donde cien príncipes soñaron con la gloria,
donde cien reyes soñaron con el amor,
y se despertaron llorando..."


La eternidad de Camarón de la Isla resuena en la colina de forma positiva, nos negamos al "ovejismo", a la gente llana que en la vida está de paso sin aportar nada. Sacamos la conclusión de que hay chicas más cultas que chicos, por lo que él lo tiene más fácil que yo para encontrar un complemento. Eso le alegra. Y me saca otra letra:

"Dicen que la compañía es un tesoro
 y que está maldito el que vive solo.
Pero yo te digo a ti,
que yo lo prefiero así,
a estar con alguien que no me deje vivir..."


Un tal Mario Díaz dice que lo canta... pues eso, ido del perol.
El Loco de mi Colina se visiona de aquí a 40 años solo y se lamenta. No pasa nada, yo estaré sola, nos iremos a Benidorm a pasar la vejez molona; dos cascarrabias flamencos por el paseo cada atardecer, que romántico. Yo votaba por vivir en un solo apartamento, pero el Loco de mi Colina es el amo de la práctica, y será mejor dos viviendas, a la segunda le sacaremos partido al baño y a la nevera. Las provisiones son lo más importante. Y dormir, claro, porque juntos padecemos de insomnio. (Cuando lea esto, seguro que él añadiría la frase de "cada mochuelo a su olivo"). Lo sé. Soy como el tarot de Pepita Villalonga que todo lo ve y lo sabe.

Suena Manu Chao... sorprendente como cambia el tercio el Loco de mi Colina, y es que el youtube te hace despistarte del objetivo, es como buscar pareja... empiezas encaprichado de un bombón y terminas con la primera sugerencia. Lo mismo.
Y cuando estamos en medio de nuestra parodia sobre el futuro... nos emocionamos. Se nos clavan las "Chinchetas en el aire" de Los Delinqüentes, y el Migue se nos cuela en la terapia. Escribimos con menos prisa, estamos pensando en las injusticias. Aquí en la colina todo llega, todo pasa, todo fluye y todo regresa. Nos quedamos con la frase de "Sobra to con tu cueva" y la máquina del tiempo nos traslada al pasado, cuando el Loco de mi Colina era un mutante con rastas, riñonera de cuero y chaqueta con los colores de Jamaica. No me hubiese acercado a él ni con un palo. Ahora ha madurado y está esperando la época de la recogida de frutos. Que jodío es.

Hablamos del factor sorpresa, ese resquicio que tanto nos motiva, fomenta nuestra "proactividad" y todos sus usos. El Loco de mi Colina se está volviendo un sabio y nos paramos a puntualizar nuestra capacidad de contenido cultural en momentos etílicos. Descomunal. Los reyes de la lucidez, y de cómo la gente se merece escupitajos correctivos, una faceta muy del Loco. "Las personas se los ganan a pulso, yo no le regalo a nadie un escupitajo." dice.

Llega la conclusión, el Loco de mi Colina tenía el día torcido, había pensado en irse a la cama temprano para no pensar, no pensar en que la vida es una mierda, no pensar en la gente hipócrita y egoísta; se iba a quitar dos semanas, como mínimo, de los trasnoches. Se lo pregunto, y me contesta:
"Sí, pero empecé escuchando a Luis de la Pica, pasé por Camarón, Mario Díaz, Manu Chao, garrapateé con el Migue y ahora estoy viendo que voy a ir a verte en Navidad por cuatro duros que me cuesta el billete. Así es la vida, a veces, te sorprende".

Me sube la adrenalina y la imaginación. Le cuento cómo le dejaré que ronee con la tablet por las mañanas mientras yo voy en bata a buscar el desayuno y le grito desde la cocina; él pasará de mí con el flamenco a todo volumen. Maravilloso planazo. Hacemos un inciso en todo esto, él estará tumbado en una "Chaise Longue", que según el Loco de mi Colina se llama "Cherlón de toda la vida", soltamos la penúltima carcajada de la terapia. Miramos el reloj, es casi hora porno. La terapia en horas porno es un riesgo que nunca corremos, apuramos el último minuto para intentar saber porqué empezamos hablando de sogas para colgar a la gente (no para nosotros) y terminamos hablando de sofás. La última carcajada.
Le paso el recibo de la sesión de terapia y me responde:

"Las teclas de este portátil no tienen precio, y la esquina inferior derecha de la pantalla vale mucho más, cuántos planes se forjan... ¡Buenas noches!"

Se va el Loco de mi Colina y acaba la conexión directa. Se marcha vacío de malas energías y lleno de esencia, se le adivina la sonrisa a medias por el pasillo, parece que lo estoy viendo, abraza a la almohada, abre la boca y duerme. Objetivo cumplido.

Antes de cerrar el portátil consulto el libro de registro... tacho la palabra irrefutable, y escribo "trasegar". Mucho mejor. Sonrío. Lo importante del día no es cómo empieza... es cómo termina. Alegría, chispa y conciencia tranquila, estas son las premisas de la consulta que tengo en Plutón.

La locura es otra cosa. Hasta la próxima...

Feliz Navidad, con alegría y flamenco siempre.