21 de octubre de 2014

Mayte Martín: su historia hace 30 años

Tenía unos números de la ya desaparecida revista "Sevilla Flamenca" escondidos al lado de la chimenea... en una de estas noches que no son ni de otoño ni de verano las ojeé porque no recordaba exactamente porque las tenía apartadas. Uno de los motivos era esta entrevista a Mayte Martín cuando era una jovencísima cantaora catalana que ya despuntaba. Mayte responde a las preguntas de Juan Toro allá por noviembre de 1984, hace 30 años. He decido transcribirla y compartirla con vosotros -las fotografías no son las correspondientes- porque me parece interesante como ha cambiado y evolucionado el flamenco y también, la artista en cuestión.

Entrevista a Maite Martín (Noviembre, 1984) por Juan Toro para Sevilla Flamenca.


Maite Martín es -sin duda alguna una de las mas firmes promesas que existen en el panorama cantaor de Cataluña. Desde hace nueve años, en que alentada por su padre se presentó por primera vez a un concurso, Maite ha ido superándose hasta llegar a ser una de las cantaoras más codiciadas por todas las peñas de Barcelona y su contorno. El veredicto de quienes la han escuchado es unánime: "Maite tiene madera, si se le ayuda, y sigue en esa línea recta tenemos entre nosotros a una gran cantaora".
Es catalana de nacimiento, aunque de padre malagueño y gran aficionado, y tiene 19 años dispuestos a dar la batalla en este difícil y complicado mundo del flamenco, del que un día no muy lejano puede ser parte importante. Estamos en definitiva ante una joven y cabal aportación a nuestro singular arte.

- Primeramente, me gustaría que nos contaras, cómo te iniciaste en el flamenco y a qué edad.

Fue a raíz de un concurso que organizaba unos grandes almacenes, yo contaba entonces con diez años de edad y no sabía lo que era cantar en público, solo lo había hecho para mi familia, amigos, ect... pero mi padre me inscribió y gané el primer premio. Este primer premio incluía una semana de promoción en la radio, y fue precisamente en estos siete de días de promoción, donde empezó a gustarme todo esto. Poco después me llamó Andrés Caparrós y otros, a partir de aquí ya comencé a visitar las peñas poco a poco hasta hoy.