3 de enero de 2012

Ellos me hacen así.


Empezamos el nuevo año, no soy de las que creo en nuevos propósitos y el fanatismo de cambiar costumbres o aptitudes. Habría que tener mucha fé para ello. Continúo el camino que se me abre, y salto las piedras que me entorpecen. Guardo recuerdos y adoro a las personas que han pasado por mi vida. Me quedo con los gestos, las palabras, los detalles, los besos, los abrazos y recuerdos de cariño. Esos pequeños aires que te hacen sonreír. Algunos son como brisa del mar, cálida y húmeda; otros son ventiscas a miles de metros de altura, cortándote la cara al chocar.

A los que me regalaron la palabra, gracias.
A los que me dieron un beso en silencio, gracias.
A los que me otorgaron el beneficio de la duda, gracias.
A los que callaron cuando podían hablar, gracias.
A los que perdieron para que yo ganara, gracias.
A los que te dicen la verdad, gracias.
A los que me miraron por dentro antes que por fuera, gracias.
A los que me mimaron como a una malcriada, gracias.
A los que me guardaron el secreto, gracias.
A los que mi sonrisa les sirvió de algo, gracias.
A los que perdonan, gracias.
A los que valoran tus actos, gracias.
Y sobre todo, a los que me quieren, y yo a ellos, gracias por dejarme hacerlo.


Mi tierra, y yo.
A los demás, que aprendan la lección para el próximo año. Seguimos con flamenco y sentimiento este día a día y gracias a muchas personas consigo que las horas se me pasen volando. Para cuando me de cuenta quizá esté despidiendo otro año.

Vivo en la mente y en el corazón de ellos, y ellos viven en mí. Y aquí todos sabemos quienes somos porque no hay secretos. Porque me rodeo de personas que tienen calidad ibérica, y otro día hablaremos de ello…


Por ahora a disfrutar de lo que la vida nos ofrece, que no es poco, solo hay que saber buscar…
Un saludo a los que me leen y mis mejores deseos para este año que acaba de comenzar.

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